sábado, 29 de agosto de 2015

28 de Agosto. Cuchillos en la Piel. El Salvador.


Contemplo el amanecer con mi compañera de aventuras sobre la arena humeda por el rocio de la noche. El sol tiñe de cobre el cielo de Mizata que alguien ha pintado de nubes de oleo con brocha gorda. La bruma espesa de la manana flota sobre litoral dejando un halo de misterio. El mar esta ligeramente furioso a las seis de la mañana y disfrutamos de su enfado con sendos cafes en la mano. En silencio, nos abandonamos a aquel delirio de colores con aroma a marisco.


Ha sido buena idea dejarse caer de la cama tan temprano para para fusionarse con el entorno marino antes de poner rumbo hoy hacia La Libertad. Las gaviotas emprenden danzas grupales sobre las olas que se transforman en tubos antes de abrazar con vehemencia la costa. Detras de nuestros empapados cuerpos la selva trepa por las montanas en exhuberante huida hacia el cielo, dejando un rastro de ruidos de fauna enloquecida. De repente decenas de libelulas nos saludan describiendo circulos a nuestro alrededor como en un baile etnico. “Esto no es buen augurio” - le digo a la letona. “En Canarias los llamamos caballitos del diablo porque traen mala suerte” espeto.


Horas despues siento la punta de dos machetes que sutilmente penetran ligeramente en mi piel. Dos jovenes, uno oculto su rostro bajo un pañuelo, me apuntan con sendas armas haciendo ademan de clavarme y dejarme como un colador si no les entrego el telefono y el dinero. Se han aproximado en silencio, trepando por la montana mientras yo subo la cuesta a paso de tortuga intentando sobrevivir al calor infernal y a la deshidratacion. No los he oido acercarse sigilosamente como panteras acechando a su presa, mientras Marika se alejaba en una de sus escapadas para fotografiar el fascinante mundo que nos rodea.


No tienen mas de diecisiete anos y estan dispuestos a clavarme como un becerro si no atiendo a sus demandas. El cabecilla esta tan nervioso que me atrevo a decirle en tono maternal “que te calmes hombre, que al fin y al cabo no es para tanto, que te doy el dinero y ya esta, pero que te va a dar algo, pero que pena que ustedes ensucien el nombre de un pais tan hermoso.... que vamos a ver... no podriamos dejarlo aquí y ustedes me dejan en paz y yo me voy y aquí no ha pasado nada” porque es verdad que le va a dar una angina de pecho al hombre y me va a clavar mas por los nervios que por necesidad imperiosa, y que me van a dejar en bragas como se lleven mi telefono y los dolares que me quedan...


Pero el metal puntiagudo y herrumbroso me aprieta la barriga y tambien la espalda porque el otro individuo bajito, moreno y poca cosa me controla por detras y dejo de tentar a la suerte y el cabecillla de pelo rapado y rubio, que suda a chorros del ataque de ansiedad, empieza a tocarme los bolsillos del maillot en busca del movil y cuando lo descubre se apodera de el como la iguana engullendo una mosca atrapada en su lengua de rosca, y luego me dice atropelladamente que le de los auriculares tambien, venga los auriculares rapido, y yo me quedo fascinada con la miserable demanda de ratero de poca monta y pienso para que coño quieres mis auriculares de mierda si te puedes llevar la bicicleta pedazo de cretino si quieres con ese machete que mide lo mismo que tu pierna de estudiante fallido de ladron.



Se van con mis dolares y mi Samsung Galaxy Duos corriendo como dos gallinas cuesta abajo avientando los machetes al aire en señal de triunfo y gritando “corre, corre” hasta que se los traga la tierra. Me bajo de la bici y quiero correr detras de ellos pero algo me dice que no haga el idiota y entonces las piernas me empiezan a temblar y el corazon se me dispara y doblo mi cuerpo apoyandome en las rodillas para que el aire me entre en los fallidos pulmones que dejaron de funcionar minutos atrás debido a la ansiedad. Quiero gritar pero no puedo. Se me escapan las lagrimas pensando en lo cerca que he estado de parecerme a un ternero degollado vendiendose en lonchas a pie de carretera en un lugar cualquiera del este de Africa. 

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